En un mundo cada vez más competitivo, en las empresas se hace necesario adaptar nuestros productos y servicios a las exigencias actuales, tanto de los clientes, como del mercado.
De allí parte la importancia de innovar, ya que esto implica salirse de aquellos estándares establecidos con el fin de generar cambios significativos. Con base en esto, una de las maneras como las empresas podemos adaptarnos a los innegables cambios que ha generado la tecnología en la humanidad, es mediante una estrategia de innovación.
Es por tanto que una adecuada estrategia de innovación, es la clave para progresar a largo plazo, buscando entregar al mercado, beneficios como:
-Generación continua de nuevos productos
-Mejora de la calidad en el servicio al cliente
-Reducción de costos en la empresa
-Disposición de canales de distribución más eficientes para hacer llegar sus productos
Sin embargo, antes de comenzar una estrategia de innovación, hay ciertos aspectos que debemos tener en cuenta:
1: La innovación no es responsabilidad de un área específica: En este proceso deben involucrarse todas las personas y áreas de la organización.
2: No tener miedos: La innovación es un proceso que requiere muchos intentos, y no necesariamente las cosas salen bien a la primera. Por eso, dejar de lado lo conocido y atreverse al cambio necesita valentía, esto será lo que nos permita desarrollar nuevos productos y servicios para nuestros clientes.
3: Mente abierta: La lluvia de ideas es un buen comienzo para una estrategia de innovación, de estas ideas pueden surgir cambios a procesos y productos, e incluso propuestas de unos nuevos.
4: Capacitarse: Participar de eventos relacionados con la innovación nos permite descubrir hacia donde se están moviendo los negocios, y crear aliados potenciales que ayuden a la transformación del negocio.
Además de estos aspectos, es necesario desarrollar al interior de nuestras empresas, culturas encaminadas a la innovación que estimulen la creatividad de nuestros colaboradores, pues esto genera una ventaja competitiva en nuestras áreas de acción y le da un valor agregado a nuestros servicios que nos permitirá seguir creciendo y mejorando como empresas.
Cuando tomamos acción, y comenzamos a pensar que lo imposible es posible, es donde se abren los caminos, que nos llevarán al éxito.
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